06 diciembre 2017

E la nave va


(...) Ella se quedó sola un momento en cubierta sentada en una silla de lona con el ramo de flores que le regalaran los leprosos en el regazo viendo cómo amanecía. De pronto Ulises puso en acción los motores del Son de Mar que hicieron trepidar su anquilosado maderamen como un animal que se despertara después de muchos años de estar muerto y Martina sintió que el universo se movía bajo sus plantas. Ulises largó amarras y removiendo el limo verdoso y podrido del fondo del atraque el Son de Mar comenzó a deslizarse por el espejo de la dársena suavemente hasta ganar la bocana del puerto. La silueta de Martina vestida de blanco en cubierta y Ulises de esmoquin agarrado al timón, los dos brindando con champán, fue la última imagen que los amantes proyectaron sobre el mar en calma. (...)

Manuel Vicent
(de la novela "Son de mar")